FRAGMENTO DE WIECKIEWICZ "LOS CEMENTERIOS VIEJOS EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES: EL CASO DE BARRACAS AL SUD" MONOGRAFIA PRESENTADA EN EL CONGRESO DE HISTORIA DE AVELLANEDA 2024
Según el censo de campaña
ordenado por Juan Manuel de Rosas en 1838, en las inmediaciones del Arroyo
Sarandí vivían 8 vecinos (propietarios) principales, entre ellos Tomás Bedoya,
que vivía allí con su esposa Andrea Enriso y dos de sus tres hijos, Tristán y
Genoveva (la tercera, Natividad había fallecido niña).
Tomás murió en 1856, pero su
esposa y sus hijos siguieron viviendo en Barracas al Sud. Tristán se casó con
Olaya Córdoba, una de las tantas víctimas de la epidemia de cólera, que
falleció el 2 de enero de 1868.
Faltaban pocos días para la
clausura del Cementerio Viejo y tal vez Tristán haya observado al enterratorio
en sus peores condiciones. Tal vez allí haya pensado que Barracas al Sud
merecía algo mejor.
Por eso, al enterrar a su madre,
Andrea Enriso, en el Cementerio Provisorio, el 22 de febrero de 1871 (plena
epidemia de fiebre amarilla), debió hablar con su hermana Genoveva, para
ofrecer parte de las tierras de la familia al Municipio a un precio razonable.
Tras varias negociaciones, se llegó a un acuerdo.
El Nuevo Cementerio comenzó a
funcionar en enero de 1876 y Tristán pudo juntar en un mismo lugar (que había
sido suyo), a las personas que más quiso.
Lo que no sabía es que en poco
tiempo él también iba a unirse a ellas.
Falleció el 14 de agosto de 1876.
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