viernes, 18 de julio de 2025

PANTEON FRANZOLINI

 


Nombre: Familia de Franzolini

Categoría: Panteón Familiar

Data: 1953

Ubicación: Sección 26, División 6

Constructor: S/D

Características: Panteón de catálogo típico de mediados del siglo XX en evidente estado de abandono. No obstante, aún se mantienen varias placas conmemorativas en homenaje al ex futbolista Luis Franzolini.


Franzolini (que aparece en muchas notas como “Franzolino”) nació en 1913 y vivió la mayor parte de su vida en Lanús. A principios de la década del ’30 comenzó a jugar en el Club Atlético Independiente, donde transitó las divisiones inferiores y la reserva. Su debut en primera se produjo el 6 de octubre de 1935 contra Ferro Carril Oeste. “El Negro” como lo llamaban, se desempeñaba como lateral o “half” derecho.

Franzolini tapa de "El Gráfico" 2 de agosto de 1940

Según “El Gráfico”, Franzolini era un jugador que no brillaba mucho (al menos no tanto como sus compañeros… pensemos que jugaba con Erico, De la Mata y Sastre), pero compensaba la falta de lujos con sacrificio y regularidad. Sus condiciones lo llevaron a integrar nada más y nada menos que los equipos campeones de 1938 y 1939, donde compartía la “línea media” junto a Leguizamón y Celestino Martínez. Si bien participó de planteles que se caracterizaron por su contundencia goleadora, Franzolini no convirtió tantos en los 134 partidos oficiales que jugó entre 1935 y 1941... Lo suyo era marcar y asistir a los centrales.

Era “de pierna fuerte y templada”, pero de recursos limpios. Su única expulsión de un campo de juego se dio en un violentísimo partido entre los rojos y Huracán por el campeonato de 1939, donde tampoco completaron los noventa minutos, Antonio Sastre y Manuel Giúdice, el futuro técnico de las primeras Libertadores, ese momento encarnizado rival.

Paralelamente a su carrera futbolística (no eran tiempos para vivir de la pelota), Franzolini instaló un taller de fotograbados en Gerli, más precisamente en la calle Bustamante 85. A modo de elogio se decía que era “tan buen grabador como jugador”.


Sin embargo, a poco de retirarse, en 1943; se vió envuelto en un escándalo producido por su presunta participación en la falsificación de estampillas de racionamiento de nafta. Según el Diario Crítica, que cubrió la noticia; en el taller de Franzolini se preparaban los grabados para las estampillas, que posteriormente eran vendidas inescrupulosamente. Afortunadamente, su responsabilidad quedó saldada al constatarse que los grabados habían sido realizados de manera subrepticia por uno de sus empleados.


A fines de 1944, “El Negro” volvió a ser noticia al ser el dueño de uno de los vigésimos del billete ganador de la lotería extraordinaria de Navidad que ese año repartía seis millones de pesos. Su generosidad quedó evidenciada en el hecho de darle una participación del premio a todos los obreros de su taller.


En la segunda mitad de la década del ’40 el afortunado Franzolini se reveló tan buen inversor como futbolista, logrando acrecentar su patrimonio de tal forma que terminó regalando el viejo tallercito de fotograbado a sus empleados. Casado, con dos hijos; se mantuvo vinculado al fútbol como espectador, concurriendo asiduamente a ver a Independiente. Devenido en empresario, se relacionó con instituciones como el Rotary Club de 4 de Junio, nombre que entonces recibía el Partido de Lanús.

El 21 de marzo de 1953, Franzolini falleció inesperadamente en un accidente, que combinó varios sucesos desafortunados… como si “El Negro” se hubiese gastado toda su buena suerte al elegir el billete 11880 en aquel diciembre del ’44. La Revista “El Gráfico”, poco después del deceso, publicó una necrológica poco habitual, por el detalle con el que describía los hechos:

…“Marchaba de noche para su casa, cuando su automóvil quedó en llanta. Detuvo el vehículo, descendió del mismo y se dirigió al baúl trasero en procura de las herramientas para efectuar el cambio de rueda. Levantó la tapa del baúl y en esos momentos tuvo la desgracia de que otro vehículo, que venía en sentido contrario, al esquivar a un carrito, pegara contra el coche estacionado del ex half. Este cayó hacia atrás golpeado a la altura del pecho por la tapa del baúl, y con tal mala fortuna que, al caer, pegó su cabeza contra el pavimento. Ese ha sido el motivo del fallecimiento de Franzolino (sic.), a los 40 años de edad  y cuando todo le sonreía, inclusive la situación económica”…

Sus restos fueron depositados en un Panteón construido a tal efecto. Allí  familiares, socios y amigos le rindieron homenaje a través de diversas placas. Una de ellas, en particular, está firmada por sus compañeros de los equipos campeones de los torneos de 1938 y 1939, a quienes tal vez el tiempo se haya encargado de reunir para seguir jugando eternamente…




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