Categoría:
Panteón Familiar
Data: Circa 1920
Ubicación:
Sección 6, división 4, sepulturas 28 a 31
Constructor:
Corbacho y Fernández
Características:
Panteón de estilo ecléctico y diseño estandarizado, cuyo sello distintivo es la
cantidad de placas de bronce que presenta. En las mismas se observan diferentes
figuras alegóricas que aluden al dolor por la pérdida del ser querido. Dos de
ellas presentan extensos poemas elegíacos dedicados a Juan N. Ruggiero y a
Elvira Mercedes Ojeda, producto de la pluma de Atilio Ruggiero, quien de esta
manera quiso homenajear a su hermano:
“Pobre Juan, corazón de oro
Todo amor y sentimiento
Cuánto te extraño y te siento
Y cuántas veces te lloro
Solo me alienta el tesoro
De aquella que el ser me ha dado
La que tanto te ha llorado
Pero en su destino atroz
Tan sólo le pide a Dios
Que seas feliz a su lado”
Paradójicamente,
los versos de Atilio, vindican a una de las figuras más controvertidas de la
historia de Avellaneda: Juan Nicolás Ruggiero, también conocido como
“Ruggierito”, sobre el que existe una profusa bibliografía no exenta de
polémicas:
Nacido en 1895, en el seno de una
familia humilde y numerosa, sólo estudió hasta cuarto grado, cuando dejó la
escuela para ayudar a su padre. A temprana edad, se convirtió en autor de robos
menores; hasta que la fama de su coraje en la defensa a tiros de un lupanar,
llegó a oídos del entonces intendente de Avellaneda y hombre fuerte del
conservadurismo bonaerense, Alberto Barceló.
Con sólo dieciocho años, Barceló lo
introdujo en la política nombrándolo al frente de un subcomité del Partido
Conservador. El joven y su banda controlarían los negocios del patrón (Barceló)
derivados de la prostitución y el juego clandestino (ejes del financiamiento de
la política conservadora de aquel tiempo), así como el fraude electoral;
actividades que tenían por base los comités del partido. Llegaría a convertirse
con el tiempo, en la mano derecha de Barceló, en su hombre de confianza.
Estuvo vinculado a Carlos
Gardel, en razón de que Barceló fue quien le consiguió la cédula de identidad
argentina al artista, para solucionar sus problemas de nacionalidad de cara a
sus compromisos artísticos en el país y en el mundo. En pago a ese favor de
vital importancia, Gardel amenizó con increíble éxito los actos políticos que
los conservadores organizaban en Avellaneda. De hecho, la foto más conocida de
Ruggiero es esa en la que está junto con el “Zorzal Criollo” en el club “Leales
y Pampeanos”, tomada semanas antes de su muerte.
Pero así como tuvo amigos, Ruggiero
tuvo enconados enemigos, siendo el “Gallego” Julio su más enconado rival. Matón
al servicio del Partido Radical y con similar modus operandi, Julio Valea;
tenía influencia en Barracas y en La Boca; y pronto surgieron conflictos por el
“territorio”. Quizás el más tremendo haya sido el tiroteo entre hombres de
ambos bandos acaecido el 14 de agosto de 1929 en el que Ruggiero fue herido,
pero murieron su tío Juan Lucachi y su amigo Angel Montes de Oca. Como dato
significativo, ambos fueron enterrados en el Panteón de los Ruggiero, donde una
placa los recuerda.
Los favores que Ruggiero, desde su
posición política (próximo al intendente) concediera a lo largo de años,
acabarían por granjearle una inmensa popularidad en el Partido, lo cual pudo
haberlo malquistado con personajes de mayor poder e influencia en el Partido
Conservador bonaerense, precipitando su fin, cuyos autores materiales e
instigadores jamás fueron establecidos. Murió asesinado la noche del 21 de
octubre de 1933, de un disparo por la espalda de una pistola calibre 45.
El velorio de Ruggiero, y el
posterior traslado de sus restos al Cementerio, fueron multitudinarios, e
incluso contaron con la presencia del gobernador bonaerense Federico Martinez
de Hoz. Su ataúd, lujosamente decorado, es conocido como el “Cajón de Plata” de
la necrópolis.
Además de Juan,
se encuentran en el Panteón Familiar los restos de su padre Francisco, de su
madre Angela, y de varios de sus hermanos, entre ellos Romeo Matias Ruggiero,
quien se suicidó en 1921 a los 21 años tras un desengaño amoroso. Fue el
suicidio de Romeo, el que llevó a la construcción del Panteón[1].
[1] Los datos biográficos de Ruggiero fueron extraídos de PIGNATELLI, Adrián;
“Ruggierito: Política sucia en tiempos violentos”, en Revista Todo es Historia
n° 456. Julio 2005.
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