Categoría: Panteón familiar
Data: 1888
Ubicación: Sección 13, división
1, sepulturas 4 a 7
Constructor: S/D
Características: El Panteón Gaete
es una obra neorrenacentista con algunos detalles góticos, como su entrada
ojival, que se replica en la capilla interna y en la linterna que remata la
cúpula acampanada. Está revestida con mármol de dos tonos, y delicadamente
ornamentada, con pilastras corintias decoradas con antorchas cruzadas[1] en su base.
En el friso, una placa nos informa que este es un “Sepulcro destinado a la memoria de Carmelo Gaete por sus queridos
Padres”. El frontis triangular, internamente lobulado; está decorado con
hojas de acanto, una especie de rosetón que informa el año de construcción del
panteón, y un relieve que representa a un ángel dormido. En la cima de la
construcción, otro ángel carga una cruz y mira al cielo como pidiendo una
explicación.
La vida de Carmelo Gaete, de 22
años, se interrumpió accidentalmente el 27 de mayo de 1888, cuando realizaba un
trabajo acarreando hacienda en la zona de Rauch. Su cadáver llegó a Barracas al
Sud un mes más tarde, para gran consternación de sus padres, que levantaron
este monumento a su memoria.
El interior del Panteón Gaete
guarda una sorpresa…
Allí, entre los numerosos ataúdes apilados se
divisa una pequeña placa de mármol que reza los siguiente:
“Aquí yacen los restos de Lorenzo Gaete, que falleció el 22 de enero de
1868 a la edad de 22 años. Sus queridos hermanos le dedican este eterno
recuerdo”.
La placa parece hecha para una
sepultura de tierra, más que para una capilla, por lo que, probablemente, se
trasladó desde Cementerio Provisorio junto con los restos de Lorenzo.
Lo que la placa no dice es de qué
murió el joven, pero los libros de muertos de la Parroquia Nuestra Señora de la
Asunción completan el rompecabezas:
Lorenzo Gaete falleció de cólera.
Su placa es el único testimonio
visible que aún subsiste de las casi 200 personas que se llevó la epidemia en
el terrible verano de 1868[2].
[1] …”La antorcha es el símbolo de la purificación por el fuego y la
iluminación. Es la luz que ilumina la travesía de los Infiernos y los caminos
de la iniciación. Al apuntar hacia el cielo es la búsqueda del Ser Humano; su
variante invertida sería la Muerte, el fin del ciclo de la vida y el inicio de
otra nueva”… CHEVALIER, Op. Cit.
[2] WIECKIEWICZ, Agustin “Los Cementerios
Viejos en la Provincia de Buenos Aires: El Caso de Barracas al Sud (1854-
1876)”, Monografía inédita, 2022
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