jueves, 17 de octubre de 2024

PANTEON GAETE 1888

 



Nombre: Carmelo Gaete

Categoría: Panteón familiar

Data: 1888

Ubicación: Sección 13, división 1, sepulturas 4 a 7

Constructor: S/D

Características: El Panteón Gaete es una obra neorrenacentista con algunos detalles góticos, como su entrada ojival, que se replica en la capilla interna y en la linterna que remata la cúpula acampanada. Está revestida con mármol de dos tonos, y delicadamente ornamentada, con pilastras corintias decoradas con antorchas cruzadas[1] en su base. En el friso, una placa nos informa que este es un “Sepulcro destinado a la memoria de Carmelo Gaete por sus queridos Padres”. El frontis triangular, internamente lobulado; está decorado con hojas de acanto, una especie de rosetón que informa el año de construcción del panteón, y un relieve que representa a un ángel dormido. En la cima de la construcción, otro ángel carga una cruz y mira al cielo como pidiendo una explicación.

La vida de Carmelo Gaete, de 22 años, se interrumpió accidentalmente el 27 de mayo de 1888, cuando realizaba un trabajo acarreando hacienda en la zona de Rauch. Su cadáver llegó a Barracas al Sud un mes más tarde, para gran consternación de sus padres, que levantaron este monumento a su memoria.

El interior del Panteón Gaete guarda una sorpresa…

 Allí, entre los numerosos ataúdes apilados se divisa una pequeña placa de mármol que reza los siguiente:

“Aquí yacen los restos de Lorenzo Gaete, que falleció el 22 de enero de 1868 a la edad de 22 años. Sus queridos hermanos le dedican este eterno recuerdo”.

La placa parece hecha para una sepultura de tierra, más que para una capilla, por lo que, probablemente, se trasladó desde Cementerio Provisorio junto con los restos de Lorenzo.

Lo que la placa no dice es de qué murió el joven, pero los libros de muertos de la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción completan el rompecabezas:

Lorenzo Gaete falleció de cólera.

Su placa es el único testimonio visible que aún subsiste de las casi 200 personas que se llevó la epidemia en el terrible verano de 1868[2].

 



[1] …”La antorcha es el símbolo de la purificación por el fuego y la iluminación. Es la luz que ilumina la travesía de los Infiernos y los caminos de la iniciación. Al apuntar hacia el cielo es la búsqueda del Ser Humano; su variante invertida sería la Muerte, el fin del ciclo de la vida y el inicio de otra nueva”… CHEVALIER, Op. Cit.

[2] WIECKIEWICZ, Agustin “Los Cementerios Viejos en la Provincia de Buenos Aires: El Caso de Barracas al Sud (1854- 1876)”, Monografía inédita, 2022

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

1965 LA CAPILLA QUE NO FUE...

En septiembre de 1965 se elaboró un proyecto para mudar la Capilla, ubicada a la izquierda del pórtico de acceso peatonal; hacia la zona del...