SECTOR 134
…”En los primeros meses de 1976 y por orden del intendente de
facto de entonces, el coronel Marcelo D´elía, se
construyó un muro de tres metros de alto y unos 30 de largo
entre el paredón de la calle Oyuela y el cementerio con el objetivo
de aislar al sector donde funcionaba la morgue y que
no quedaran al descubierto las cosas que allí sucederían. El sector se denominó
con el número 134. Se colocó un portón que permitía evitar la entrada
principal y tener una entrada independiente sobre la misma calle Oyuela.
Las
llaves del sector 134-Morgue fueron entregadas al personal de la comisaría
de Sarandí y de la Unidad Regional II de Lanús. Con el área,
de unos 300 metros cuadrados, aislada y lindera a la morgue, se comenzó la
tarea de ocultamiento de las víctimas durante los primeros meses de
1976.
Los empleados
del cementerio recibían la orden de cavar fosas de 2 metros de ancho,
4 de largo y 2 de profundidad que se denominan vaqueras. Las
vaqueras eran fosas comunes. Las vaqueras eran cavadas durante el día. Según
declaraciones de personal del cementerio de Avellaneda, entre 1976 y 1978, las
vaqueras se realizaban cada 20 o 25 días. Por la madrugada, camiones
policiales y del ejército traían los cuerpos que iban a parar a las
vaqueras. Los vehículos entraban de culata por la calle Oyuela. De
noche, cuando se hacían los traslados, los vecinos debían apagar las luces, de
lo contrario los militares disparaban contra los edificios.
En
los libros del cementerio quedaron registrados los ingresos de los
cuerpos NN, casi todos ellos fusilados en simulacros de enfrentamientos. El
procedimiento consistía en sacar de los centros clandestinos de detención
del circuito Camps a grupos de detenidos desaparecidos con la
excusa de trasladarlos. Ya en la calle, se buscaban lugares más o menos
alejados de grandes concentraciones urbanas, se los bajaba de los vehículos en
los que eran trasladados y se los asesinaba a balazos. Luego eran
ingresados como NN al cementerio y el primer cuerpo del ejército emitía un
comunicado donde se daba cuenta del enfrentamiento y la cantidad de
“subversivos abatidos” y era publicado sin modificaciones por los medios de
comunicación de la época”…
…”En 1984,
nació el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) para
investigar los restos humanos que comenzaron a descubrirse en los diferentes
cementerios del país y que se suponía pertenecían a los ciudadanos
detenidos desaparecidos. La investigación determinó tras el trabajo de
exhumación que los destinos de las víctimas del terrorismo de Estado fueron
esencialmente tres: enterramientos clandestinos como NN en cementerios
municipales; enterramientos clandestinos en Centros Clandestinos de Detención o
áreas militares y el arrojarlos al Río de la Plata.
El EAAF
comenzó en octubre de 1986 a trabajar en el sector
134 del Cementerio de Avellaneda por orden de la justicia
para buscar los restos de Rafael Perrota, director del Diario El
Cronista Comercial, quien fue secuestrado en la Ciudad de Buenos Aires en julio
de 1977. Se trabajo en un área de 2 metros cuadrados. Allí no se encontró el
cuerpo de Perrota, pero sí los de otras 11 personas”…
…”El EAAF retoma
su trabajo en el sector 134 del cementerio Municipal de Avellaneda en junio de
1987. Esta vez por orden judicial, se busca el cuerpo de María Teresa
Cerviño. La búsqueda comprende la totalidad del sector 134, alrededor de 300
metros cuadrados. Los trabajos de excavación duran hasta 1992. Los
resultados fueron el hallazgo de la fosa común más grande de las
halladas hasta el momento
Con estas identificaciones se pudo establecer una conexión entre los Centros Clandestinos El Pozo de Banfield, ubicado en Lomas de Zamora, y El Vesubio, que funcionó en La Matanza. La mayoría de estos identificados fueron vistos por testigos en estos CCDyE y asesinados en enfrentamientos fraguados en el conurbano bonaerense. Los menos fueron muertos en enfrentamientos y también enterrados de manera clandestina”…[1]
En total fueron encontrados los restos de 336 personas, la mayoría menores de 35 años. De ellos, 120 han sido identificados. Entre ellos se destacan los de la Familia Zárate- Manfil, primer caso mundial en el que se utilizaron técnicas de comparativa de ADN. El caso fue llevado al cine en 1996 con el documental “Tierra de Avellaneda”, de Daniele Incalcaterra.
Finalizados los trabajos del EAAF, el sector 134 recibió
diferentes intervenciones con el objetivo de fortalecer su condición de Espacio
de Memoria: En 2004 se selló simbólicamente el portón de acceso.
Además, se
demolió el muro que aislaba el sector y se delimitaron las cuadrículas de las
vaqueras. Con posterioridad se realizaron obras de intervención artística, un
camino de acceso; y un importante trabajo de señalética que permite al
visitante informarse de la cuestión.
[1] La cita está tomada de la página oficial del Equipo Argentino de
Antropología Forense www.eaaf.org
No hay comentarios.:
Publicar un comentario