FRAGMENTO DE WIECKIEWICZ, "El Cementerio de Avellaneda, una descripción posible"; TRABAJO EN PROCESO DE REDACCIÓN
En el segundo semestre de 1874 se realizaron tratativas entre los Bedoya y la corporación municipal presidida por Manuel Estévez, y se acordó la compra de un terreno de 200 varas de frente y 141 de fondo sobre la actual avenida Crisólogo Larralde. Estas aproximadamente 2 hectáreas constituirán el núcleo originario del actual cementerio. El valor fijado fue de 10000 pesos de la época, a pagar en dos mitades, una en el momento, como compromiso de venta y la otra al realizarse la escritura definitiva.
El proceso de escrituración se
dilató más de lo previsto dado que los Bedoya debían arreglar la sucesión de
sus padres y, por otro lado, Tristán falleció en 1876, demorando las cosas. La segunda cuota del trato se terminó de pagar en 1889 y
recién en 1892 pasó a nombre de la municipalidad.
Después de pagar el compromiso de
venta, en 1875; se iniciaron las obras en el lugar que ocuparía el nuevo
cementerio. Las mismas se financiaron con recursos propios, suscripción
popular; y una subvención del gobierno de la Provincia de Buenos Aires, que, si
bien no cubrió el presupuesto calculado, sirvió para delimitar el terreno,
construir un muro perimetral y un portón de hierro.
El 28 de diciembre de 1875 se
intentó fijar un día para la inauguración oficial; pero, a falta de
testimonios, no sabemos si esta se llevó a cabo. Lo que sí sabemos es que, el
11 de enero de 1876 se abrió al servicio público. El primer inhumado habría
sido un niño de 9 meses, Pablo Jacoboni, quien murió de diarrea.
Acta que certifica la defunción del Párvulo Pablo Jacoboni, probablemente primer inhumado en el Cementerio de Avellaneda el 11 de enero de 1876. Fuente: www.familyesarch.org |
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