jueves, 17 de octubre de 2024

PANTEON PROVILO 1885

 



Nombre: Tomasa C. de Provilo

Categoría: Panteón familiar

Data 1885

Ubicación: Sección 5, división 5

Constructor: S/D

Características: Ubicado estratégicamente cerca del cruce de las avenidas principales del núcleo primitivo del Cementerio, el Panteón Provilo es un típico, pero sobrio exponente del neorrenacimiento italiano, con una entrada en arco de medio punto (hoy arquitrabada) enmarcada por pilastras dóricas. Tanto a los costados de la entrada como en la pared lateral aparecen a la manera de marcos, espacios para placas recordatorias. El frontis remata horizontalmente, y en su centro aparece la inscripción “Tomasa C. de Provilo 1885”, franqueada por dos urnas veladas[1]. Del techo emerge una importante cúpula semiesférica que está coronada por una cruz. Las diferencias entre el estado de la parte superior del edificio y la parte inferior permiten inferir una remodelación parcial.

Dentro del panteón, descansan los restos de varios miembros y descendientes de la familia de Francisco Provilo (1834- 1882) y Tomasa Capurro (1837- 1885), inmigrantes genoveses que se asentaron en Barracas al Sud hacia 1860, donde instalaron un almacén de ramos generales. Francisco se convirtió en un prominente vecino del flamante partido e incluso llegó a integrar el cuerpo municipal entre 1877 y 1879. El matrimonio tuvo nueve hijas y dos hijos, con la particularidad que estos últimos murieron muy pequeños de pulmonía en 1873.

Mirando a través de la austera puerta de hierro y vidrio que constituye el ingreso al panteón se observa, a un costado, un delicado sarcófago de mármol dedicado a la memoria de una de las hijas de Francisco y Tomasa; Rosa, fallecida de tuberculosis el 19 de mayo de 1888, a los 29 años. Rosa estaba casada con José Costa, quien al poco tiempo se convirtió en el primer presidente de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos “Roma”.

Pero la vinculación del Panteón con la Mutual no cesa allí, ya que también es el lugar donde se encuentran depositados los restos de Alfredo Borlasca, Presidente de la Institución y principal impulsor de la construcción del célebre Teatro Roma, en 1904.  Borlasca falleció en 1922, como lo atestiguan dos importantes placas recordatorias.




[1] La urna es un motivo funerario recurrente ya que evoca a la antigüedad clásica y a guardar en ella las cenizas del difunto. El velo, por otro lado, aludiría al misterio de la Muerte.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

1965 LA CAPILLA QUE NO FUE...

En septiembre de 1965 se elaboró un proyecto para mudar la Capilla, ubicada a la izquierda del pórtico de acceso peatonal; hacia la zona del...