Categoría:
Panteón Familiar
Data: Circa 1907
Ubicación:
Sección 4, División 6, sepulturas 28 a 30
Constructor:
Gamboa y Maggi
Características:
El Panteón Basavilbaso marca un cambio estilístico dentro del Cementerio, ya
que abandona el paradigma neorrenacentista, para utilizar un lenguaje más
ecléctico, evidenciado en el revestimiento de granito negro, y también en su
ornamentación. Se destacan las grecas del basamento y las semicolumnas
compuestas que enmarcan la entrada arquitrabada. El frontis semicircular
contiene un vitral y una cruz latina en su tímpano, además de los símbolos
“Alfa” y “Omega”[1], a la
manera de acróteras. Como remate, presenta una ánfora velada, decorada con un
crismón. Si bien el trabajo de herrería es de catálogo, muestra un motivo muy
utilizado por su simbolismo, las amapolas[2].
…”Nicanor Basavilbaso ocupó entre los
años 1879 y 1907 en Avellaneda y en la Ciudad de Buenos Aires, los cargos de
concejal, Presidente del Honorable Concejo Deliberante, Intendente, Presidente
del Consejo Escolar, Legislador Provincial y Vicepresidente de la Legislatura.
Nació en 1853 en Barracas al Sud, cursó
sus estudios en la Universidad de Buenos Aires, se doctoró en medicina en 1879
realizando una importante labor social cuando la epidemia de cólera asoló la
Ciudad de Buenos Aires en 1886.
Integró una Comisión de Vecinos en 1882
manifestando la necesidad de un hospital en Barracas al Sud, en 1900 siguió
insistiendo desde el H. C. D. , iniciativa que dio fuerza a la necesidad
asistencial coronada posteriormente con la creación del Hospital Fiorito en
1913.
Presidió la Comisión de Homenaje a
Manuel Estevez y Caneda en 1893, fue uno de los fundadores de la Sociedad
Argentina de Socorros Mutuos, cuyo amplio Panteón inauguró en 1905.
Habiendo ocupado los primeros puestos
públicos tanto políticos como sociales, con acierto y acrisolada honradez,
fallece el 19 de mayo de 1907”…[3]
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| Cobertura funeral Nicanor Basavilbaso 1907. Fuente: Caras y Caretas |
[1] …”Estas dos letras se
encuentran en el principio y al fin del alfabeto griego. Como se considera que
las letras contienen la clave del universo, éste se halla enteramente encerrado
entre estas dos extremidades. Alfa y Omega simbolizan pues la totalidad del
conocimiento, la totalidad del ser, la totalidad del espacio y del tiempo”…CHEVALIER,
Op. Cit.
[2] …”Démeter, Diosa de los
frutos y los granos, tenía por emblema la amapola, que crecía entre la cebada.
Morfeo también está representado por ella y evoca al sueño. Por su corta
duración, además; simboliza la brevedad de la vida”… RIZZO, ROSATO, DUBARBIER, SHIMKO; “Las Representaciones Fitomorfas: Su
simbolismo en el Cementerio de La Plata”;
en AAVV, “Patrimonio Cultural en
Cementerios y Rituales de la Muerte”, Secretaría de Cultura Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires, 2005.
[3] Diario “La Ciudad” Avellaneda. 25/10/2004
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