Categoría:
Panteón Familiar con nicheras exteriores
Data: Fines del
siglo XIX
Ubicación:
Sección 13, División 6
Constructor: S/D
Características: Panteón de principios del siglo XX, con capilla interna y nicheras al exterior. Se encuentra bastante mal conservada, especialmente su parte superior, casi destruida. El paso del tiempo permite observar diferentes formas de tapar nichos: Desde el mármol inicial, pasando por el metal, hasta llegar al vidrio. Se destaca, justo por encima del frontis arquitrabado, una gran placa de bronce dedicada a la memoria de Alberico Zabaleta.
Alberico
Zabaleta (1897- 1923), fue un futbolista que aún figura entre los más grandes
ídolos del Racing Club de Avellaneda, que en su página oficial lo recuerda de
la siguiente manera:
…”Fue una pieza
fundamental en los planteles que brillaron durante el amateurismo. Nació en
1897 y llegó a Racing en 1912 con apenas 15 años. Con edad de Cuarta División,
durante un breve período jugó en Independiente y también en Argentino de
Quilmes. Pero en 1916 volvió a “La Academia” y se quedó para siempre. “El Beco”
era un fenomenal jugador que se movía por el centro de la delantera racinguista
al punto de haber convertido, en total, 141 goles (99 en Primera División). Fue
figura importantísima en los títulos obtenidos en 1918, 1919 y 1921 (año en el
que convirtió nada menos que en 32 ocasiones), compartiendo plantel con Marcos
Croce, Natalio Perinetti, Armando Reyes, Pedro Ochoa, Enrique Macchiavello,
Alberto Marcovecchio, Juan Hospital, Francisco Olazar, Alberto Ohaco, etc.
Obtuvo también una Copa Ibarguren (1918) y una Copa Ricardo Aldao (también
correspondiente a 1918 aunque la definición se llevó a cabo el 5 de enero de
1919). Su rostro adolescente no se emparentaba con su voracidad goleadora y su
gran olfato para perforar las redes rivales. Sus extraordinarias capacidades lo
llevaron también a la Selección Argentina en 8 ocasiones. En 1923 tuvo
destacadas actuaciones que lo habían afianzado como titular en el team
nacional, hasta que llegó el fatídico 23 de septiembre de ese año. Racing
jugaba contra Tigre y Albérico había convertido el tanto académico para el 1 a
1 definitivo. Pero durante el encuentro, estando caído, recibió una alevosa
patada a la altura del riñón que le provocó el desprendimiento del órgano.
Lamentablemente no fue posible su recuperación y poco después, el 20 de
octubre, falleció. Su muerte, además producida en la plenitud de su carrera,
impactó a todo el ambiente futbolístico. A su sepelio concurrieron centenares
de personas y el entierro también estuvo cargado de emotividad. El entonces
Presidente del club Pedro Groppo y Alberto Marcovecchio, ofrecieron sendos
emotivos discursos ante los presentes. La sensación que flotaba en el ambiente
era que Zabaleta tenía aún mucho más para ofrecerle al fútbol argentino. Pero
el destino y, más aún, una artera e insólita agresión, no se lo permitieron”…[1]
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Funeral Alberico Zabaleta 22 de octubre de 1923. Fuente Diario Crítica |
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