jueves, 17 de octubre de 2024

MONUMENTO NICANOR BASAVILBASO 1911

 


A unos metros del Panteón, en el cruce de las avenidas principales del primitivo Cementerio, se encuentra el Monumento que el Pueblo de Avellaneda le dedicó al Doctor Basavilbaso, obra de Luigi Trinchero (1862- 1944) inaugurada en 1911.

El Monumento consta de una base escalonada de la que emerge un pedestal que contiene relieves en sus cuatro caras, descriptas exhaustivamente por María Cristina Lanza:

…”El relieve frontal es de carácter netamente simbólico. Se conjugan en una equilibrada composición una rama de laurel, un reloj de arena, dos serpientes y una vasija. Recordemos que el laurel es el árbol consagrado a Apolo y la victoria. Señala la victoria interior sobre las fuerzas negativas y disolventes de lo inferior. El reloj de arena indica el paso del tiempo. Las dos serpientes denotan el equilibrio de fuerzas entre el bien y el mal, la salud y la enfermedad. La imagen repetida de la serpiente según Jung es el presentimiento de la homeopatía, la curación por lo que causó el daño. La vasija es el ámbito donde se mezclan las fuerzas que dan lugar al mundo material, como la matriz de la hembra. Conjugados todos estos elementos podemos deducir que se quiso expresar en imágenes su lucha contra las enfermedades desde su actuación como médico”…

…”En el lado izquierdo vemos representada una maternidad. Con delicadas líneas presenta a la madre asistiendo a su hijo. Se señala así la preocupación del Doctor Basavilbaso por la salud infantil”…

…”En la cara posterior vemos dos figuras masculinas sobre un fondo arquitectónico. Una está de pie y la otra sentada. La marcada verticalidad de la primera se atenúa con la línea diagonal del brazo derecho que establece el vínculo con la figura sedente. Se muestra aquí su caridad, otra faceta de la expresión del amor que entraña la comprensión de la necesidad del otro”…

…”Completa la serie el relieve de la derecha donde una vestal en actitud reflexiva cuida la lámpara donde flamea la llama perpetua, símbolo de la inteligencia y el espíritu”…[1]

Sobre el pedestal remata, serena y realista, la escultura en mármol del Doctor Basavilbaso, quien parece mirar hacia el Porvenir con el optimismo propio de la Argentina del Centenario.

Imágenes de la inauguración del monumento en 1911. Fuente: Revista Caras y Caretas





[1] La descripción forma parte de los apuntes de María Cristina Lanza, compartidos por Vanina Ragonese.


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