Categoría:
Panteón familiar con nicheras exteriores
Data: 1878
Constructor: S/D
Ubicación:
Sección 12, división 2, sepulturas 28 a 30 y 61 a 66
Características:
Panteón con aires neorrenacentistas que presenta nicheras a ambos lados de una
capilla central. La entrada a la misma se encuentra cerrada, pero aún se observa
que poseía un arco apuntado y estaba franqueada por pilastras estriadas. En el
frontis aparece, muy desgastada, la leyenda “Pedro Puyade y Familia”, y el año
de construcción. Como remate, un frontón con volutas cuasi barrocas, sostiene
un pilar sobre el que descansa una cruz de hierro. Dos acróteras decoran los
costados
Existe una especie de leyenda
urbana, que dice que la razón por la que la capilla y varias nicheras están
tapiadas es porque allí se depositaron víctimas de la Fiebre Amarilla.
Sin embargo, el Cementerio actual
no existía en 1871; por lo cual llamar a esa construcción “La bóveda de la Fiebre”, sería históricamente incorrecto.
Aún así, María Cristina Lanza, en
sus relevamientos sobre construcciones del Cementerio apunta lo siguiente sobre
el Panteón Puyade:
…“Los primitivos dueños fallecieron de fiebre amarilla, fue vendido y se
levantó el actual (dato proporcionado por la nieta de los antiguos dueños a un
constructor del cementerio cuando ella tenía 94 años)”…[1]
En algunas de las nicheras, aún
pueden verse los nombres y apellidos de quienes allí descansan. Una de ellas es
de Juan Bautista Arabehety (1837- 1892).
Juan Bautista, almacenero vasco
francés, tenía una hermana llamada Juana, que efectivamente falleció víctima de
la fiebre amarilla el 14 de abril de 1871. Juana debió ser enterrada en el
Cementerio Provisorio.
Pero nada impide pensar que se la
trasladó al actual, donde Juan Bautista le reservó un lugar que el paso del
tiempo borró, pero transformó en leyenda.
[1] El dato aparece entre las anotaciones realizadas por Lanza para elaborar su
monografía inédita “Los Cementerios en
Barracas al Sud/ Avellaneda”. Las mismas fueron compartidas por la
Licenciada Vanina Ragonese.
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