viernes, 13 de junio de 2025

1933 UNA CHURRASQUERÍA EN EL CEMENTERIO

 

Nota aparecida en el Diario Crítica el 1 de noviembre de 1933

EN AVELLANEDA SE DESTACABA HOY LA NOTA PINTORESCA

UNA CHURRASQUERÍA IMPROVISADA EN EL CEMENTERIO

Estuvo muy concurrido el Cementerio Municipal de Avellaneda. Hombres, mujeres y niños de todas las clases sociales fueron a renovar en la mencionada necrópolis su ofrenda anual de flores y de oraciones ante la tumba de sus muertos. Y como siempre también, no ha faltado en Avellaneda la nota emotiva y la costumbre tradicional de los vendedores de agua, de flores, de estampas, de velas y de bronces.

Un ambiente recortado y provinciano enmarcó bien en Avellaneda la efeméride que hoy y mañana conmemora el pueblo cristiano.

UN TALLER EN PLENA ACTIVIDAD

La amplia escena del Cementerio de Avellaneda presentaba esta mañana un extraordinario movimiento. La suntuosidad de los monumentos emplazados a la entrada principal y a lo largo de las primeras callejuelas, contrastaba con los nichos humildes y las tumbas proletarias, donde cada persona depositaba piadosamente su ramo de flores naturales y acaso la honda ternura de un recuerdo muchas veces renovado. Pero a este detalle colectivo de todos los Cementerios del mundo se le agregaba en el de Avellaneda el de los aguateros y limpiadores, el de los pintores de cruces y los muchachos vendedores de flores artificiales, velas, pastillas, caramelos, etc; entregados por completo a su tarea con una urgencia insólita, como si hubiese inmediata necesidad de cubrir en el breve plazo de 48 horas todos los detalles feos de los nichos, las tumbas y las cruces.

UNA CHURRASQUERÍA

Y para que no faltase en ese improvisado taller de reparaciones la nota provinciana, en el extremo opuesto a la entrada principal se ha instalado una churrasquería bajo un techo de arpillera. Es allí como en algunas provincias norteñas donde se reúnen todos aquellos deudos que, siguiendo una tradición muy argentina, resuelven pasar el mayor tiempo posible durante esos días fúnebres al lado de los seres queridos.

TRES ASPECTOS

La falta de agua es otro de los tres detalles singulares del Cementerio de Avellaneda. Las personas que carecen de este elemento para el efímero alimento de sus flores han llegado hoy a surtirse del agua acumulada por las recientes lluvias en una tumba hundida, en las inmediaciones donde se levantan, impresionantes y severos, los nichos de las personas que ocuparon el tranvía 102, precipitado a las aguas del Riachuelo el 12 de julio de 1930.

El último aspecto emotivo de hoy lo ha motivado la tumba de Juan Ruggiero, por la que desfilaron continuamente numerosas personas, deteniéndose largo rato en los dinteles del monumento. Cerca de esta morada está la de Jesús Mier, fallecido en 1932. En su mármol está grabada la siguiente cuarteta: “Ante la tumba solitaria/ donde tu alma reposa/Vienen tus hijos y esposa/ a rezar una plegaria”… Y así como estos, otros más en diversas tumbas.

Al frente del Cementerio Municipal se levanta el Cementerio Israelita Latino. Frío, solitario; sordo al dolor de los cristianos. Ahí el mes pasado se conmemoraron ya las efemérides.




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