Artículo aparecido en el Diario "Crítica" el 10 de junio de 1919
COMERCIO MACABRO
EN LA CIUDAD DE AVELLANEDA
SE VENDEN LOS CADÁVERES.
La Ciudad de Avellaneda es
de ambiente propicio al desarrollo de sucesos singulares.
Los sucesos que en
Avellaneda ocurren logran, por su carácter extraordinario, repercusiones
intensas en Buenos Aires, donde a pesar de todo cuanto se diga, aún no estamos
curados de espanto.
Los crímenes de Avellaneda
han alcanzado siempre celebridad insuperable y los hechos de misteriosa índole
han sobrepasado en sugestividad a todo
cuanto por aquí sucede.
Ahora en Avellaneda se acaba
de descubrir un acontecimiento de índole desconcertante, que según se nos ha
dicho esta mañana, dará motivo a descubrimientos estupendos.
COMERCIO MACABRO
En la comisaría de
Avellaneda se recibió una denuncia tan estupenda que pone los pelos de punta al
menos propenso a la conmoción sentimental.
En el Cementerio de la
Ciudad indicada se viene realizando desde hace tiempo, un criminal comercio
que, a juzgar por lo que deja entrever la denuncia formulada ha producido
bastante al administrador que es a quien se acusa de ejercer ese agio macabro.
Se trata de la venta de
cadáveres, por cantidades exiguas a cuanta persona quien sabe por qué causas y
motivos, están interesados en poseer despojos humanos.
De ese comercio se culpa al
administrador del cementerio, que todavía no ha respondido a la acusación que se
le hace, cosa que se espera con sumo interés.
EL PRECIO DE LOS CADÁVERES.
Autor de una denuncia que
recibió el comisario Sr. Sánchez Vera, ha sido Gumersindo Vázquez, quien hasta hace
poco tiempo desempeñó el puesto de peón en el Cementerio de Avellaneda. Vazquez
dice que él sabe de un cadáver vendido en 30 pesos a una persona cuyo nombre
ignora.
Este procedimiento le
produjo indignación y así lo evidenció al invitarlo el administrador del
cementerio a participar en esos macabros negocios.
Por tal causa Vázquez fue suspendido
hasta nueva orden, según la comunicación que, firmada por el administrador del
Cementerio, obra en su poder.
¿POR QUÉ SE LE PROHÍBE A
VÁZQUEZ LA ENTRADA?
Pero la comunicación a la
que aludimos no se reduce a lo expuesto.
En ella, según se nos indicó
esta mañana, se agrega que Vázquez no puede pasar al Cementerio, prohibición
que significa un atropello inaudito y deja al descubierto el temor que se
tiene.
Gumersindo Vázquez, por
haber estado mucho tiempo empleado en el Cementerio conoce las mañas de los
empelados superiores y a juzgar por las resoluciones que contra él se toman, es
temido.
La denucia ha producido
estupefacción y, según se dice, surgirán nombres que gozan de respectabilidad,
complicados en este vergonzoso suceso.
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