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Panteón Marcucci. Crédito foto: Eduardo Bernabé Rojas Bortolini |
Nombre: No tiene
(presumiblemente ha sido vandalizado)
Categoría:
Panteón Familiar
Data: Mediados
del siglo XX
Ubicación: Sección
49, División 4
Constructor: S/D
Carácterísticas: Simple panteón racionalista de mediados del siglo XX. Se
destaca por la importante cantidad de placas recordatorias en memoria de Carlos
Marcucci (1903- 1957), prestigioso bandoneonista de tango. Dice sobre él Néstor
Pinsón:
…”Fue uno de los tres pibes famosos en los albores del tango, junto al Pibe Maffia, el de Flores y al Pibe Fresedo, el de La Paternal. Tenían un público seguidor que los escuchaba y comparaba.
Había dudas sobre la fecha de su nacimiento, varios la situaban el 31 de
octubre de 1904. Por tal motivo consulté a Oscar Zucchi, quien me mostró una
copia de su partida de nacimiento, en la que podemos leer: «El día 2 de
noviembre de 1903 se presentó el señor Romualdo Marcucci, italiano de 44 años,
manifestando que el reciente día 30 de octubre, a las 17 horas, nació de su
unión con la señora Carolina Zola, su hijo Carlos, en su propio domicilio,
calle Lamadrid 920, Capital Federal».
Cuando tenía cinco años, los padres dejaron el barrio de Barracas para
cruzar el Riachuelo e instalarse unos kilómetros al sur, en Wilde, Provincia de
Buenos Aires.
Al tiempo, su hermano mayor adquiere un bandoneón al que, según comentario
del propio Carlos, torturaba sin piedad, pero a él le despertó la atención. Así
fue que comenzó a buscarle la vuelta. Y se la encontró. A los 8 años, advertida
la familia de su habilidad con el instrumento, lo mandaron a estudiar con
Arturo Bernstein, recorriendo sin dificultades las 40 páginas de estudio del
método Menozzi, el máximo exigido entonces a un instrumentista.
También estudió violín con Mario Rosegger. Allí, tuvo de compañero a
Antonio Rodio. Con él realizaba recitales a dúo, para felicidad de su maestro,
pero nada de tango.
En sus comienzos actuó en el Bar Iglesias, de Corrientes al 1500,
integrando un trío de pibes, entre los que estaba Cayetano Puglisi.
Héctor Bates y Luis Bates relatan que un día faltó a su trabajo y el
encargado del bar, alarmado, viajó hasta Wilde para averiguar por él. Cuando
llegó a la casa se lo encontró en el techo remontando un barrilete y negándose
a bajar para ir a cumplir con su obligación. No podía encontrar argumento
posible, hasta que se le ocurrió ofrecerle 20 centavos. «¿Me da 20 centavos? ya
bajo.»
A los 14 años, integró otro trío junto al guitarrista Ángel Domingo Riverol
y al violinista, y futuro jugador de fútbol Raimundo Orsi (Independiente de
Avellaneda y de la Selección de Italia, campeona del mundo).
También integró una formación dirigida por Francisco De Caro en el café
Royal y otras que se presentaron en el café El Parque y en el cabaret
Chantecler.
En 1923, actuó con Carlos Vicente Geroni Flores. Ese mismo año hizo su
primera gira a Méjico y Cuba con la compañía teatral Vittone-Pomar. En el
elenco estaban el tenor José Muñiz, las actrices María Esther Podestá, Olinda
Bozán y también, según algunos, la joven Libertad Lamarque.
A su regreso, es convocado por Francisco Canaro para viajar a París con una
orquesta integrada por Juan Canaro y él en bandoneones, Agesilao Ferrazzano y
el director en violines, Rafael Canaro en contrabajo y serrucho, Romualdo
Lomoro en batería y Fioravanti Di Cicco en el piano. Debutaron en el Dancing
Florida de París en abril de 1925.
Ya es considerado uno de los grandes ejecutantes. Zucchi nos dice: «Junto a
Minotto fueron los iniciadores de la corriente virtuosística en la
interpretación del bandoneón. Fue un gran técnico, pero con buenas dotes
interpretativas. Sus arreglos eran complejos y sin dudas su obra importante fue
“Aires españoles”, la primera escrita para solo de bandoneón, en 1924. También
la destacada variación de su tango “Mi dolor”. Los iniciales dúos que realizara
con Salvador Grupillo no demuestran sus méritos reales, son muy sencillos, sin
nada para destacar. Lo suyo era un gran dominio técnico, su asombrosa
digitación, la limpieza de sus variaciones corridas hechas con precisión
matemática. Y fue su iniciativa la sistematización de solos a dos manos.»
Regresó de París y formó un conjunto propio. Actuó en los mejores locales y
en el Chantecler, El Nacional, El Germinal y en el cine Metropol donde estrena “Mi
dolor”.
Foto de Carlos Marcucci. Fuente: wwwtangosalbardo.blogspot.com
En 1936, la revista Sintonía, dirigida por Arturo Kartulovich, —también
propietario de la radio La Voz del Aire y corredor de autos de turismo de
carretera— organiza, para sus lectores, un concurso para elegir al músico más
destacado en cada instrumento. El fin era formar un quinteto de notables.
Los ganadores fueron Elvino Vardaro y Julio De Caro en violines, Francisco
De Caro en piano, Pedro Maffia y Ciriaco Ortiz en bandoneones. Por razones de
trabajo Maffia no se presenta y accede el tercero en la votación que era
Marcucci.
Con el nombre Los Virtuosos debutaron en noviembre de 1936 en Radio El
Mundo. Ese día interpretan entre otros temas: “Chiclana” y “Tierra querida”
que, junto a “Un lamento” y “El tirabuzón”, fueron grabados en 1937.
Previamente, a comienzos del ’30, Julio De Caro lo había incorporado a su
orquesta, en reemplazo de Pedro Laurenz, en la que se mantuvo hasta la década
del '50.
En 1936, se casó con una pianista, Teresa Benedetti. Desde 1951 a 1957
integró la orquesta estable de Radio Splendid dirigida por Francisco Trópoli.
Gardel le grabó dos títulos: “Viejecita mía”, en 1923 y “La reja”, en 1928.
Su sexteto, llegó al disco a partir de 1929 y lo componían Salvador
Grupillo a su lado, los violines de Luis Gutiérrez del Barrio y Mario Saiovich,
Adolfo Krauss en contrabajo y Alberto Soifer al piano.
Lito Bayardo comentó sobre él: «Lo conocí integrando la orquesta de De
Caro, me lo presentó Félix Lipesker. Un día me hizo escuchar una melodía que
recién había compuesto, me pidió que le pusiera letra y poco después le leí
unos versos que había titulado “Esta noche”. Lo estrenó De Caro en 1939 con la
voz de Héctor Farrel. A los pocos días me llamó Azucena Maizani muy interesada.
Casi de inmediato lo estrenó en el Teatro Nacional.»
Sus conocimientos musicales los volcó en un libro que contó con la
colaboración de Félix Lipesker: Método Moderno para Bandoneón. En la tapa, en
letra menor puede leerse: «Primera escuela de bandoneón. Cuatro cursos en un
solo libro. Desde el curso elemental hasta el curso superior. Precio 70 pesos.»
En el prólogo dice Homero Manzi: «Ambos músicos no pertenecen a la etapa de
los ejecutantes y compositores intuitivos, ellos pertenecen a los muchachos
nuevos que se asomaron a la música popular entrando por la puerta del esfuerzo
estudioso.»”…[1]
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Placas recordatorias Panteon Marcucci. Fotos tomadas por Eduardo Bernabé Rojas Bortolini |
[1] Pinsón, Nestor; “Carlos Marcucci”;
Semblanza biográfica aparecida en la página www.todotango.com
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