sábado, 29 de marzo de 2025

MONUMENTO HOMENAJE YORGA SALOMON

 



Nombre: Yorga Salomón

Categoría: Monumento

Data 1995

Ubicación: Parque Conmemorativo

Constructor: S/D

Características: Simple monolito de mampostería, que presenta dos placas conmemorativas. Ambas homenajean a Yorga Salomón, docente, historiadora, militante y legisladora que se hizo famosa entre fines de los ’60 y principios de los ’70 por sus participaciones en el programa Odol Pregunta. Dice sobre ella el sociólogo e investigador Roberto Baschetti:

…”Entrerriana, nacida un 19 de abril de 1925. Hermana de Antonia Salomón. Maestra y legisladora. Con el golpe militar gorila del ‘55 la dejaron cesante de su cargo de vicedirectora de la escuela 230 en la provincia de Buenos Aires. Se sumó a la Resistencia Peronista. Un diario semi-clandestino, “Palabra Argentina” le da cabida en agosto de 1957 para denunciar que habían quedado cesantes 20 mil docentes por ser peronistas y había otros 7 mil “en capilla” por el mismo motivo. Y además en su caso personal para restituirle el cargo le pedían que denunciara a otros colegas; lo que la llevó a declarar: “para honor de este sufrido magisterio, todos escupieron ese ofrecido plato de lentejas: somos proscriptos, maldecidos, muertos civiles, pero a Dios gracias, no pertenecemos a una raza de cobardes”. A fines de ese año, con su hermana, comienza a sacar el diario de 4 páginas “Abanderada” en claro homenaje a Evita Perón. El mismo es repartido por la zona de Nueva Pompeya, donde ellas vivían, barrio porteño lindante con el Riachuelo. Para más información sobre el periódico recurrir nuevamente al registro de su hermana. Más acá en el tiempo se destacó en el programa televisivo de alto ranking “Odol Pregunta” respondiendo sobre Ceferino Namuncurá, Francisco “Pancho” Ramírez y su amada Eva Perón. En el año 1968 prometió donar el premio a instituciones de bien público si resultaba ganadora y cumplió con su palabra poco tiempo después al ganar dos millones de pesos de entonces; uno por Namuncurá y otro por Ramírez. Además, una biografía que escribió sobre el caudillo entrerriano fue publicada por la editorial Plus Ultra. Fue electa diputada nacional en el año 1989 y se opuso a las privatizaciones impulsadas por el gobierno de Carlos Saúl Menem. Falleció el 9 de septiembre de 1992”…[1]


Nota a Yorga Salomon mayo 1971. Fuente: Diario Nueva Epoca


Diario Crónica 7 de octubre de 1971




viernes, 28 de marzo de 2025

PANTEÓN BALAY

 


Nombre: Luisa B. de Balay

Categoría: Panteón Familiar

Data: Circa 1950/60

Ubicación: Sector 45. División 5

Constructor: S/D

Características: Si bien se trata de un típico panteón estandarizado de mediados del siglo XX, su estado de conservación es óptimo, lo que contrasta con el abandono de las tipologías de su entorno. El revestimiento grisáceo original aparece pintado, costumbre recurrente cuando se intenta “mejorar” la apariencia de la construcción. Los bronces también lucen muy cuidados, y uno de ellos, de manera poco enfática nos informa que allí están depositados, nada más y nada menos que los restos del ex futbolista Arnaldo Balay.

Arnaldo Balay nació en Valentín Alsina el 2 de septiembre de 1928. Sus primeros pasos como jugador los dio en el Club Peñarol de su barrio, pero se hizo profesional en Los Andes, donde jugó entre 1948 y 1951, en segunda división.

Su calidad como centromedio, o “centrojás” como se decía entonces, llamó la atención del recientemente tricampeón Racing Club, que buscaba un reemplazo para Alberto Rastelli. De esa manera, “Palito”, como se le decía por su delgadez; debutó en “La Academia” el 27 de abril de 1952, contra Ferro Carril Oeste.

Con la camiseta celeste y blanca, Balay jugó hasta 1958, mostrando un estilo virtuoso y elegante, pero a la vez firme en la marca. Su corrección dentro del campo, quedó evidenciada en el hecho de no haber sido expulsado durante su carrera:

…“Jamás le dí una patada a alguien. Yo gambeteaba y gambeteaba. A veces me agarraba Dellacha y me puteaba porque estaba delante de la línea del arco y salía jugando desde ahí. Lo hacía bastante seguido”…[1]

En 1955 integró el seleccionado que logró la Copa América, jugando contra Chile y Uruguay (victoria 6 a 1). Además ese año llegó a ser tapa de “El Gráfico”.

El Gráfico 15 de abril de 1955

Tras el torneo de 1958 en el que Racing fue Campeón, fue transferido a Ferro Carril Oeste, donde puso punto final a su carrera profesional en 1960. Aunque posteriormente siguió jugando en ligas regionales.

Falleció el 28 de septiembre de 2006 a los 78 años, pero aún es recordado en diversas páginas racinguistas como un verdadero ídolo.


PANTEON TORTONESE

 


Nombre: Tortonese

Categoría: Panteón Familiar

Data: Circa 1950/60

Ubicación: Sector 45, División 4

Constructor: S/D

Características: Típico panteón estandarizado de mediados del siglo XIX. Si bien se encuentra en buen estado, se observa que algunos de sus bronces han sido extraídos. Los que se conservan, en su mayoría provienen de instituciones que homenajean a Dante Oscar Tortonese (1902- 1987).



Su hija, la historiadora Darcy Tortonese, escribió una semblanza muy ilustrativa sobre este notable vecino del Partido:

…”El doctor Dante Oscar Tortonese desarrolló una obra singular en el campo de la acción comunitaria, en el área de la salud y en la fecunda labor en favor de la cultura de la ciudad de Avellaneda, muy especialmente en Gente de Arte de Avellaneda de quien fuera presidente, y muchos años en Instituciones como la Cofradía de la Amistad, el Círculo Universitario, el Pueblo Unido, Avellaneda Automóvil Club (AAC) y otras tan importantes como éstas que lo contaron entre sus directivos.

Hace unos años se cumplió la promesa de darle el nombre de mi padre a una de las esquinas de Avellaneda. El 26 de octubre de 2007, se colocó el cartel indicador en la esquina de 25 de Mayo y Avenida Mitre a metros de donde tenía su consultorio. Lamentablemente manos anónimas hace tiempo que arrancaron ese cartel y nadie ha tenido la ocurrencia de reponerlo.

Fue dirigente del Club Atlético Independiente, entidad que le hizo su reconocimiento poniéndole su nombre al complejo de sus canchas de tenis. Y, hace años, que el salón mayor de Gente de Arte fue bautizada con su nombre.

Es lo que corresponde para un hombre multifácetico que se brindó como médico y como legislador a su comunidad.

Fue violinista, compositor, mecenas del arte, diputado nacional de la Unión Cívica Radical Intransigente, escritor y médico. Como médico no sólo atendió la salud física de sus pacientes sino que éstos siempre encontraron el oído del profesional atento a las inquietudes del alma. Fue fundador de salas de primeros auxilios de los barrios de Dock Sud y Echenagucía.

Como músico se costeó la carrera de medicina tocando el violín en el cine-teatro Roca. Compuso, entre otras, la música de “Sangre maleva”, que quedó en el acervo popular erróneamente como “El Batidor”. Compuso también innumerable valses y marchas.

Como diputado nacional, en 1958, elaboró el proyecto de ley sobre pensiones y jubilaciones, que luego se sancionó y fue conocida con ley del 82% móvil; integró la Comisión investigadora del famoso caso Satanowsky y logró la cesión de predios del Estado para Gente de Arte de Avellaneda, para el Club Atlético Independiente, para el Club El Porvenir y para la Asociación Cristiana de Jóvenes, entre otros múltiples proyectos.

Escribió obras sobre la sífilis en una época que las enfermedades venéreas estaban a la orden del día.

Ayudó a que trascendieran pintores que después serían famosos. Fue médico personal de Miguel Carlos Victorica y amigo de Benito Quinquela Martín, Francisco López Grela y Julio César Vergotini, entre otros, que le obsequiaron sus obras y lo hicieron poseedor de una de las pinacotecas más importantes del país.

Recordarlo hoy es un homenaje merecido ya que honrar la memoria de los hombres y mujeres que han brindado su tiempo y esfuerzo para el crecimiento cultural de las instituciones locales es una de las maneras más eficaces de conservar y afianzar la identidad de los pueblos”…[1]



[1] TORTONESE, Darcy; “Dante Tortonese”, en www.todotango.com

domingo, 16 de marzo de 2025

PANTEON FAMILIA VESCIO

 



Nombre: Familia Vescio

Categoría: Panteón Familiar

Data: Circa 1940

Ubicación: Sección 27 Bis, División 3

Constructor: S/D

Características: Panteón estandarizado típico de la época, sin ningún aspecto a destacar a no ser por la cantidad de placas de bronce que se ubican por encima de la puerta de acceso. Una de ellas dice lo siguiente:

“¡JUAN!

En el 12 aniversario

De tu fallecimiento

Tu Esposa e Hijos que

Nunca te olvidarán

12/7/1930- 1942”

Juan Vescio (1899- 1930) fue el conductor del tranvía de la línea 105, que el 12 de julio de 1930, a poco más de las 6 de la mañana, cayó al Riachuelo provocando su muerte y la de 57 personas más.

Vescio, que vivía en Gerli; tenía 31 años y había llegado al país proveniente de Italia. Estaba casado con María Raso y tenía cuatro hijos, uno de ellos por nacer. Hacía poco tiempo que se desempeñaba como “motorman”, cuando acaeció la tragedia.

En medio de una densa niebla, Vescio advirtió tardíamente que el Puente Bosch estaba levantado para permitir el paso de una embarcación. Cuando lo hizo, intentó frenar, pero el mal estado del dispositivo no fue suficiente para evitar el accidente. Según los peritajes posteriores, si el conductor hubiese cortado el suministro eléctrico, podría haberlo detenido a tiempo.

Su cuerpo fue uno de los últimos en ser encontrados, y se le practicó una autopsia para ver si no había consumido alcohol previamente. El resultado fue negativo. Como otras víctimas fue inhumado en la sección especial abierta en el Sector 27 bis por orden del Intendente Alberto Barceló.


Sin embargo, en los años ’40 su familia levantó el Panteón donde fueron depositados sus restos. Allí también descansa su esposa, fallecida en 1976.

María Raso, la viuda de Vescio


domingo, 9 de marzo de 2025

PANTEÓN RAMACCIOTTI

 


Nombre: Flia Ramacciotti

Categoría: Panteón Familiar

Data: Circa 1950

Ubicación: Sección 51, División 7

Constructor: S/D

Características: Se trata de un típico panteón estandarizado de mediados del siglo XX, sin más seña distintiva que la familia a la que pertenece. Sin embargo, tras la robusta cruz de hierro que constituye la puerta de acceso al recinto, se encuentran depositados los restos del ex futbolista Ricardo José María Ramacciotti.

Ramacciotti[1], también conocido como “Rama”, nació en Rosario el 26 de julio de 1934. Formado futbolísticamente en los potreros de la ciudad ribereña, dio sus primeros pasos “serios” en el Club Sportivo Pasco, con el cual llegó a participar en la ronda final del Campeonato Infantil “Evita” de 1950. Originalmente se desempeñaba como insider derecho.

Su actuación en aquel torneo, llamó la atención de Newells Old Boys, que lo fichó para integrar las categorías juveniles. En aquellos años el club rojinegro todavía sentía en el mediocampo la ausencia de Angel Perucca y, tras la venta de su primer “reemplazante”, Ubaldo Faina; Ramacciotti logró debutar en primera división a principios de 1953. A partir de allí su puesto sería el de centromedio, de “cinco” clásico… “De recursos, seguro, tal como se jugaba antes”…

Habil, cerebral, elegante, parsimonioso, temperamental, de buena pegada y espíritu amateur; Ramacciotti fue un digno exponente de la “cantera rosarina”; y si bien el cuadro “leproso” no alcanzó buenas colocaciones en la tabla de posiciones de esos años, el fútbol vistoso desarrollado junto a compañeros de la talla de José “Piojo” Yudica o la “Bruja” Belén, los llevó a realizar una recordada gira por Bélgica, Holanda, Alemania y Francia a principios de 1955.

Ramacciotti con la camiseta de Newell's, mediados de los '50. Fuente: Archivo personal Karina Ramacciotti

Los buenos rendimientos de Ramacciotti en Newell’s, donde jugó 68 partidos y marcó 11 goles; interesaron a River Plate, que a fines de 1956 pagó por el futbolista, la nada despreciable cifra de 250.000 pesos moneda nacional. En un plantel lleno de estrellas (Labruna, Menéndez, Carrizo, Prado), que venía de ser campeón por segunda vez consecutiva, la llegada del crack rosarino era el refuerzo lógico para un mediocampo dominado por el ya veterano “Pipo” Rossi.

Ramacciotti con Labruna, durante su paso por River Plate. Fuente: Archivo personal Karina Ramacciotti 

Sin embargo, y a pesar de ser campeón en el 57 con la “banda roja”, Ramacciotti no logró convertirse en titular millonario. Por eso, en 1958, River lo cedió a préstamo a Unión de Santa Fé, donde jugó el torneo de ascenso de ese año... Un año fatídico para el fútbol argentino, que vivió la eliminación en primera ronda del Mundial, tras un humillante 6 a 1 ante Checoslovaquia.

El “desastre de Suecia” afectó profundamente al etnocentrismo futbolístico local, relativamente aislado del mundo durante los años peronistas. De ser los “mejores”, se pasó a desconfiar del estilo que se había practicado en los ’30, los ’40 y parte de los ’50, conocido periodísticamente como “la nuestra”. Y a partir de entonces, se empezó a pensar más en la preparación física, en la marca, en los aspectos defensivos del juego…

Para un futbolista como Ramacciotti, adaptarse al nuevo paradigma significaba convertirse en algo que no era: Un “Sprinter”, un atleta; Por eso, tras la mediocre campaña de 1959, River lo vendió al modesto Argentinos Juniors… En los planes de Liberti ya se estaba gestando la idea del “Fútbol Espectáculo”: Comprar jugadores extranjeros a precios elevados... justamente en una época en la que la atracción de inversiones extranjeras estaba de moda.

La locura de Liberti, a la cual se sumó también el Presidente de Boca, Armando; fracasó rotundamente; y la sensación de 1960 fue, nada más y nada menos, que el Argentinos Juniors de Ramacciotti que, con compañeros de la categoría de Martín Pando, Canseco, Carceo, Sciarra, Ditro, Malazzo y Sainz; realizaron una campaña excepcional; la mejor de la historia del club hasta la llegada de Maradona. Terminaron terceros, tras Independiente y River, que quedó segundo por diferencia de gol.

El equipo de La Paternal, “De pura cepa criolla”, “De entrecasa”, “Sin importados”, realizó brillantes exhibiciones, pero aflojó en la recta final. Aún así, demostró que las lecciones de Suecia podían resolverse dialécticamente, sin anular la identidad futbolística de un país que se estaba acostumbrando a mirar solamente hacia afuera… Lamentablemente esa lección tardaría en aprenderse.

A fines de 1960 Ramacciotti recibió una de las mayores distinciones de su carrera:  Fue convocado a la Selección Nacional. Su debut fue en un 4 a 0 contra Uruguay, por la Copa Roca. Luego jugó las eliminatorias del Mundial ’62 y participó de una gira por Europa, jugando contra Portugal, España, Italia, Checoslovaquia; y la Unión Soviética en Moscú… en plena Guerra Fría. No obstante, la llegada a la selección de un técnico como el “Toto” Lorenzo, empapado del nuevo discurso futbolístico, marginó a Ramacciotti y le hizo perder la oportunidad de jugar un Mundial.

Durante el primer lustro de los ’60 el fútbol argentino, en la búsqueda de una nueva identidad, profundizó su faceta defensiva y destructiva. En ese contexto, el fútbol de Ramacciotti, pausado y cansino, quedó fuera de época; y si bien siguió siendo el dueño del mediocampo de Argentinos Juniors, no logró igualar la performance de su primera temporada en el Club. Con los “Bichos Colorados” jugó 109 partidos y marcó 10 goles.

Tapa de El Gráfico 1/2/1961 donde era descripto como "Un 5 con alma de Forward"

A fines de 1963 le llegó una oferta de Colombia. El Deportivo Independiente de Medellín se hizo con sus servicios por 20.000 dólares… En un ámbito menos exigente y resultadista, más parecido al que había mamado el rosarino en su juventud, se convirtió rápidamente en estrella y, a pesar de no ser campeón, fue considerado el mejor valor del torneo de 1964, el número uno, el “Mariscal” del campo.

En 1965 se encontró en el DIM con uno de sus compañeros de la selección argentina, el “Loco” Corbatta, pero a fines de ese año y tras algunas desavenencias con los directivos del club “Paisa”, Ramacciotti pasó a formar parte de su archirrival, el Atlético Nacional, con quien jugó su última temporada en Colombia en 1966. Al año siguiente regresó a la Argentina para terminar su carrera en Los Andes.

Tapa de Vea Deportes. Ramacciotti vistiendo los colores de Atlético Nacional en 1966. Fuente: Archivo personal Karina Ramacciotti

Fue uno de los últimos “Cinco” clásicos en una época de transición, uno de los que, como Didí, pensaban que era la pelota la que debía correr y no el jugador… Ya retirado, Intentó transmitir esa filosofía como Técnico, dirigiendo en breves lapsos a All Boys y a Argentinos Juniors. Sin embargo, fue Colombia el lugar que más lo aprovecho en esa faceta, ayudando a desarrollar el estilo que aún hoy identifica futbolísticamente a ese país…

Tal vez uno de los mejores homenajes que recibió en vida haya sido el de ser incluido por Roberto Fontanarrosa en su cuento “El Ocho era Moacyr”, donde un grupo de asiduos concurrentes a un bar repasan formaciones futbolísticas de relieve… Allí, deliberadamente, Fontanarrosa le da un merecido lugar al Argentinos del ’60; y por supuesto que inicia la reconstrucción del equipo desde quien fuera indudablemente su Eje:

-          El cinco era Ramacciotti- Decía el Pitufo

-          Eso seguro-

-          El cinco era Ramacciotti-

“El Gran Señor de las Canchas”, como le decían en Colombia; murió el 4 de agosto de 2003, y las palabras con las que finalizaba una nota de fines de los ’60, bien podrían servir de justo epitafio para una persona, cuyo recuerdo aún sigue vigente en la memoria de los viejos plateístas:

“Y se marchó, transitando lo que siempre fue: Sincero, honesto, sobrio. Un Caballero”...



[1] Los datos biográficos de Ricardo Ramacciotti fueron extraídos del profuso archivo que compartió amablemente una de sus hijas, Karina Ramacciotti; a quien agradezco además por haberme advertido que los restos de su padre se encontraban en el Cementerio de Avellaneda.


viernes, 7 de marzo de 2025

"LA ESGRIMISTA", INVESTIGACIÓN DEDICADA A MELINA VITA DE GUARDABASCIO (INTRODUCCION)

 

Este trabajo, es fruto del relevamiento patrimonial del Cementerio de Avellaneda que inicié en 2021, y con el que pretendía recolectar material de interés para una descripción general de la necrópolis[1].

En pos de ese objetivo, una mañana me propuse recorrer las siete divisiones del sector 20, que se encuentra detrás del imponente Panteón de la Sociedad Argentina de Socorros Mutuos.

Como se trata de una zona surgida de una ampliación, fuera del perímetro original del Cementerio; las construcciones que allí aparecen son relativamente modernas, levantadas, en su mayoría, durante el segundo cuarto del siglo XX, cuando las clases medias, en su afán de imitar a las familias pudientes, querían acceder a la “Bóveda Propia”.

¿Cumplieron su objetivo?, Si, pero de manera mucho más modesta, estandarizada…

En esos pasillos abarrotados, seriados, monótonos; seguramente no iba a dar con un “monumento” digno de mención, pero tenía la esperanza de que algo me iba a sorprender (siempre tengo esa esperanza)… Y puse mi fe en la lectura de las placas recordatorias, a ver si por ahí, algún personaje o hecho importante aparecía.

Tuve suerte…

En la anteúltima división, encontré al Panteón Rolleri, cuyo único bronce indicaba que allí estaban depositados los restos de Zoilo Canaveri, el famoso futbolista de las décadas del ’10 y del ’20, que supo jugar en Racing, Boca, River; pero brilló definitivamente en Independiente, donde formó la famosa delantera, que logró los campeonatos del ’22 y el ’26, junto con Lalín, Seoane, Ravaschino y Orsi…

El hallazgo de Don Zoilo había justificado con creces el previo recorrido de toda la sección, y ya podía sumarlo a la lista de jugadores “encontrados” junto con Ohaco, Scarcella, Zabaleta, Ronzoni y Sastre. No obstante, de acuerdo con mi propia ley de probabilidades, después de un “descubrimiento” de esa jerarquía, difícilmente tendría otra revelación ese día….

Pero me faltaba la séptima división, y sin muchas expectativas, comencé a recorrerla.

Y ahí apareció…

Se trataba de un simple panteón racionalista típico de los ‘50, de dos sepulturas de ancho, con puerta de hierro a dos hojas, decoradas con amapolas simbólicas y sendas cruces. En el frontis una leyenda mutilada pretendía informar a quién pertenecía…

“Flia G…”

A uno de sus costados, una placa me llamó la atención. No por el texto, sino porque, en vez de estar coronada con una foto, lo que podía verse nítidamente, era la reproducción de la pintura de una mujer, de mirada penetrante; que sostenía una espada. Inmediatamente, me puse a leer de quién se trataba

…”Melina Vita de Guardabascio

Deportista singular campeona de

Esgrima en 1923 nació en Palermo

(Italia), el 1° de enero de 1898 se

Afinco en Avellaneda en 1924,

Brindando su vigor como educadora

Y el ejemplo de su caridad

Cristiana, hasta el dia 17 de enero

De 1974, a las 12:30 horas, partió

Fisicamente de la ciudad que

Amo durante 50 años a la región de su eterno descanso…

En su 1° aniversario

Arturo y Galletti”…

La existencia de una Campeona de Esgrima italiana, en un panteón perdido del Cementerio de Avellaneda, lo suficientemente importante como para tener un cuadro propio; llamó poderosamente mi atención, y tomé nota de todos los datos que aparecían, con el objetivo de ver qué información existía sobre ella.

Así empezó todo.

Por supuesto que lo primero que hice, al llegar a mi casa, fue “googlear” su nombre, y así accedí a un artículo que había sido publicado poco tiempo antes por César Torres, Doctor en Filosofía e Historia del Deporte: “Melina Guardabascio Vita: Una Olvidada Pionera de La Esgrima Argentina”.

El artículo de Torres reivindicaba la acción de Melina en función de difundir la esgrima entre las mujeres, e informaba sobre su exposición mediática en los años ’20 y su posterior paso por Racing Club. Además, estaba ilustrado con el cuadro que yo había visto en la placa del Panteón, que había sido realizado por Augusto Bolognini, un importante artista de la época.

Los datos que aparecían en el texto de Torres eran más que suficientes para hacer que el Panteón de Melina tuviese un lugar entre los más importantes del Cementerio, no por su arquitectura, sino por la relevancia de la figura allí depositada… Así pensé su entrada en mi hipotética descripción de la necrópolis, que obviamente planeaba concluir con la magnífica cita que cerraba el artículo:

…” Guardabascio Vita fue una pionera que, a través de su promoción de la esgrima femenina, contribuyó a desnaturalizar la feminidad instituida en la sociedad a la que emigró, expandiendo los horizontes femeninos e imaginando una proxemia más inclusiva y más justa. Su nombre al igual que su lucha por una mayor igualdad de género y por la emancipación femenina son dignas de ocupar un lugar prominente en la historia de la esgrima y del deporte argentino”…[2]

¿Qué tal, eh?

No obstante, para saber si había más información disponible (y también para ostentar la primicia), publiqué el “descubrimiento” en la Página de Facebook “Fotos e Historia del Partido de Avellaneda”, un interesante proyecto de Historia Local, colectivo y colaborativo. Allí aparecieron comentarios de personas que la habían conocido, lo que me permitió dar cuenta de su otra dimensión: La de dueña de una Fábrica de Pastas y vecina del centro de Avellaneda.

Sin embargo, bajo ningún punto de vista se me hubiera pasado por la cabeza dedicar un libro completo a Melina Vita de Guardabascio, de no ser por una nota que encontré hojeando viejas ediciones de la Revista “El Gráfico”. Revisando el número 237, para ver si aparecía algo sobre Sportivo Dock Sud (que en esa época jugaba en primera!!!); apareció ante mis ojos un reportaje donde la esgrimista contaba su vida y su proyecto…

Ahí me entusiasmé.

Porque haber encontrado su Panteón en el Cementerio era entendible (quien busca encuentra). Pero, que de los 4489 números impresos de “El Gráfico”, hubiese dado con uno que justo tenía un reportaje a la esgrimista, era un signo demasiado sugestivo como para dejarlo pasar…

Melina quería un libro. Su libro.

Por supuesto que, a partir de allí, se terminaron las casualidades. El resto de la información con la que se realizó este trabajo fue consecuencia de una intensa búsqueda en diferentes archivos digitales y físicos, que me permitieron obtener las piezas con las que armé ese rompecabezas, que es toda vida cuando intenta ser reconstruida.

Y este es el resultado, cuya publicación justifico por dos razones:

En primer lugar, para profundizar la tesis de Torres sobre Melina como una luchadora por la emancipación de la mujer, y para colaborar con esa idea que el catedrático transmite de lograr que su nombre ocupe un lugar prominente en la historia de la esgrima y el deporte argentino en general. Por eso, gran parte del trabajo está dedicado a rescatar el contexto de su llegada, y el contraste entre sus expectativas y sus logros….

En segundo lugar, para continuar con una cruzada que inicié con “Catalina y el Cementerio de Avellaneda”; y continué con “Molnar: Héroe del Ascenso, Héroe de la Vida”: La de demostrar que el Cementerio de mi partido esconde muchas historias que merecen ser contadas, y que pueden surgir de la lectura de una simple placa… como la que Arturo y Galletti le dedicaron a Melina.

Es por eso que quisiera terminar esta introducción, subrayando la necesidad de mantener nuestro Patrimonio Funerario. En estos tiempos donde el culto que lo originó se encuentra en franco retroceso, donde la mayor parte de los Panteones están abandonados, donde la mayoría de las personas solo ve en los Cementerios desidia y morbo; es imperativo demostrar que estos espacios todavía siguen siendo útiles a los fines de sostener la memoria de una comunidad…

En definitiva. Puede que lo que lea a continuación no sea de su agrado, que el estilo utilizado no sea el más conveniente, que encuentre errores e inconsistencias (no deseadas, por cierto); pero antes de abandonarlo piense que todo surgió de la información que transmitía un bronce, y que ese bronce podría haber seguido el camino de muchos otros: El de ser extraído, vendido y fundido; llevándose para siempre su valioso contenido…

Que no es otro que el recuerdo de “Melina..”






[1] El proyecto de elaborar una descripción integral del Cementerio de Avellaneda se transformó en un blog de periódica revisión y ampliación: www.historiascma.blogspot.com

[2] TORRES, CESAR; “Melina Guardabascio Vita, Una Olvidada Pionera de la Esgrima Argentina”, en www.elfurgon.ar , publicación del 6/3/2022

martes, 4 de marzo de 2025

DOCUMENTAL "TIERRA DE AVELLANEDA"

 


Este documental, dirigido por Daniele Incalcaterra y estrenado en 1996, narra el trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense en relación a la búsqueda de las víctimas de la llamada “Masacre de Villa Corina”

El 27 de octubre de 1976 a las dos de la mañana, un grupo de tareas de la Policía Federal; irrumpió en el domicilio de Carlos Manfil y Angélica Zárate, militantes de la agrupación montoneros; que vivían en el recientemente inaugurado complejo habitacional junto con sus hijos Carlitos de 9 años, Karina de 4 y el recién nacido Cristian. Además, esa noche estaba con ellos la familia Vega, integrada por Jorge, Rosario y sus hijos Marcela y Eduardo.

Angélica y Rosario fueron ultimadas en el acto, cuando el comando abrió fuego. Carlos Manfil cayó asesinado luego de saltar por una ventana. Jorge fue el único de los adultos que logró escapar con vida. Mientras ocurrían los hechos, los niños se encontraban en una habitación.

Al escuchar los ruidos, Carlitos se asomó por una ventana y recibió un disparo en la cabeza. Luego, el comando ingresó en la habitación hiriendo a Karina, a Marcela y a Eduardo. Los niños fueron trasladados al Hospital Presidente Perón. Luego de su recuperación, Karina fue entregada a su abuela, con la que vivió hasta su adolescencia.

La noticia, tal como apareció en Crónica el 27/10/1976


Los cuerpos de Carlos, Angélica, Carlitos y Rosario fueron enterrados como NN en una de las fosas comunes del Sector 134 del Cementerio de Avellaneda, donde estuvieron ocultos hasta que, en 1988, comenzaron los trabajos del Equipo Argentino de Antropología Forense, que logró identificar en esa zona los restos de 336 personas.

Paralelamente, Karina había comenzado a buscar a sus familiares desaparecidos, lo que la llevó a contactarse con el EAAF que, utilizando por primera vez técnicas genéticas, logró vincular a Karina con los restos de sus familiares asesinados, finalmente depositados en uno de los nichos que posee el Cementerio sobre la calle Larralde.

El documental contrasta los testimonios de la entonces joven Karina, con los del Ministro del Interior del gobierno militar de entonces, Albano Harguindeguy. Además, muestra el trabajo del EAAF en el Cementerio y reflexiona sobre la situación de las agrupaciones de Derechos Humanos en un contexto en el cual recientemente se habían producido los indultos.

Nota: El crédito de haber subido el Documental a You Tube corresponde a Darío Ponce de León

lunes, 3 de marzo de 2025

"LOS AHOGADOS EN EL RIACHUELO"

Nombre: Sección de los Ahogados en el Riachuelo (NO OFICIAL)

Categoría: Sepulturas en tierra (hoy inexistentes)

Data: 1930

Ubicación: Sector 27 Bis

Constructor: Municipio de Avellaneda

En la actual sección 27 bis del Cementerio de Avellaneda, contigua a la salida vehicular, fueron inhumadas, el 13 de julio de 1930, la mayor parte de las víctimas de la tragedia del Puente Bosch, acaecida el día anterior, alrededor de las 6:15 de la mañana, cuando un tranvía de la línea 105 se precipitó al Riachuelo.

Tapa Diario Crítica del 12/7/1930, los días siguientes aparecerían más cuerpos

El tranvía, que había salido de la Estación Lanús, venía repleto de trabajadores (se calculan 60 personas) que se aprestaban a cruzar a la Capital Federal. En medio de una densa niebla, el motorman Juan Vescio, advirtió tardíamente que el Puente estaba levantado, y cuando lo hizo, el mal estado de los frenos no logró impedir que el móvil siga en movimiento hasta generar la caída.

Según los peritajes posteriores, si Vescio no hubiese insistido en utilizar los frenos y hubiese cortado el suministro eléctrico, el tranvía se podría haber detenido. Lamentablemente esto no ocurrió, y 56 personas encontraron la muerte casi de manera instantánea.

Al día siguiente se logró sacar el móvil del fondo del Riachuelo y se realizó el sepelio de las víctimas encontradas hasta ese momento, que fueron veladas e inhumadas sin cargo por el Municipio de Avellaneda, conducido en esos tiempos por Alberto Barceló. Así lo contaba el Diario Crítica:

“Las víctimas de la catástrofe de ayer estarán unidas hasta después de la muerte. Desde ayer por la tarde hasta hoy cerca del mediodía, 40 hombres estuvieron ocupados en abrir fosas en el Cementerio de Avellaneda, habiéndose dispuesto la habilitación de una sección especial contigua a los nichos en la cual estarán unos al lado de los otros, separados apenas por escasos centímetros de tierra, los suficientes para que los cajones no se toquen.

Es la sección 27 bis. Solamente dos o tres cuerpos serán depositados lejos de allí, en panteones o nichos de propiedad de familiares. Pero la mayoría estarán unidos dentro de aquel espacio de tierras de más de media cuadra en la Sección de los Ahogados en el Riachuelo, como ya empieza a llamar el público condolido al lugar donde los proletarios, víctimas del accidente; descansan ahora”[1]

Crítica 13/7/1930


Crítica 13/7/1930

Crítica 13/07/1930

El viernes 18 se hizo un responso en la Catedral Metropolitana y al día siguiente uno en la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción de Avellaneda; a ambos asistió el Presidente Hipólito Yrigoyen, quien sería derrocado un mes y medio después.

Crítica 18/7/1930

Los restos de los “Ahogados” como se los conoció popularmente, de origen humilde; fueron trasladados al Osario que se abrió en el Parque Conmemorativo en la década del ’40. Hasta la fecha solo hemos podido encontrar el lugar donde se encuentran los restos de Juan Vescio, el conductor del tranvía (Sección 27 bis, División 3)

La tragedia inspiró parcialmente la Película “Dock Sud” de 1953 y aparece en un fragmento de “La Mary” de 1975.



[1] Crítica 13/7/1930

1965 LA CAPILLA QUE NO FUE...

En septiembre de 1965 se elaboró un proyecto para mudar la Capilla, ubicada a la izquierda del pórtico de acceso peatonal; hacia la zona del...